Un intestino sano: la clave para una vida feliz y saludable

¿Qué supone un intestino sano?

El intestino, un órgano que forma parte del tracto gastrointestinal, es el hogar de billones de  bacterias, hongos y virus. En conjunto, estos se conocen como el 'microbioma intestinal' , y nuestro microbioma individual es tan único como nuestra huella dactilar.

La mayoría viven en el intestino grueso y realizan una variedad de funciones esenciales. Participar en la digestión de los alimentos, en la producción de algunas vitaminas y en el mantenimiento de una flora intestinal saludable.

Los científicos están de acuerdo en que la clave para lograr un intestino sano es tener una amplia diversidad de flora distribuidos por todo el intestino. Así, esta microbiota puede ayudar a mantener el equilibrio necesario para el funcionamiento intestinal.

¿Cómo ayudar a mantener tu intestino en buena forma?

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Nuestra flora intestinal comienza a desarrollarse al nacer y evoluciona a lo largo de nuestra vida. Si bien, aunque no existe una composición ideal única, hay formas de fomentar una flora intestinal diversa, como:

• Comer bien: una dieta variada y equilibrada, con muchas frutas y verduras, ayuda a tener una flora intestinal diversa, ya que las diferentes especies bacterianas tienen diferentes necesidades. Los alimentos fermentados que contienen bacterias vivas, como el yogur, también pueden ayudar.

• Dormir lo suficiente: ya sabemos cómo el sueño, o la falta de él, afecta nuestro estado de ánimo y niveles de energía, pero parece que el sueño también puede afectar nuestra flora intestinal. Algunos estudios han demostrado que las personas que duermen bien tienen una flora intestinal más diversa y que un sueño deficiente se asocia con una diversidad reducida. Por lo tanto se recomienda tener unos buenos hábitos de sueño, como mantener una hora de acostarse constante y evitar la cafeína y las pantallas electrónicas a altas horas de la noche.

• Mantener los niveles de estrés bajos: el estrés y la ansiedad a menudo se manifiestan en problemas digestivos, desde indigestión o malestar estomacal, hasta diarrea o estreñimiento. Ciertos estudios sugieren que el estrés no solo debilita la pared del intestino, sino que también puede afectar la estructura y las funciones de las bacterias en el intestino. Para mantener el estrés bajo control, existen algunos trucos, como pracictar yoga, estar al aire libre, el mindfulness o la meditación.

• Hacer ejercicio con regularidad: además de los beneficios físicos y para mejorar el estado de ánimo, hay estudios que muestran que mantenerse activo puede enriquecer la diversidad de la flora intestinal. También se ha demostrado que el ejercicio reduce el estrés y ayuda a descansar, otros dos factores importantes para promover la salud intestinal.

Es necesario tener unos hábitos de estilo de vida saludables.

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